Un primer beso; un primer instante.
Igual que el pensamiento que se autocensura, yo busco tu boca.
Beso tu silencio vivo, y acallo el eco muerto de tus latidos.
Sí, esa boca que busca ser sigilosa, perderá su color ceniza en las llamas de mi boca.
Despierta.
Aquí estoy.
Ese beso; ese instante.
Fotografía sin tiempo. Noche. Herida que se congela de indiferencia.
Recuerdo con piernas, que vuela por encontrar tu mirada. Tiemblo; tiemblas.
Tres segundos. Palacios en penúmbra. Tocaré tu fuego; tocaré tu alma.
Tú. Yo.
Deseo sediento de amor.
Después...
¡Qué más da después!...
Si quieres olvido, te daré mis alas suicidas para que vueles y vivas tiritando de ira.
Si quieres tiempo, sacrificaré mi nombre en honor de tu desprecio y avaricia.
¿O me pedirás una promesa secreta y eterna de besos?
Sólo tienes que pedírmelos...
Tú sabes que sólo eso deseo; que eso y más te daría...
viernes, 9 de febrero de 2007
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4 comentarios:
Hay una galaxia despertando.
Galaxias que despiertan en ojos de dos pupilas?
No. Galaxias dormidas que nunca espere ver.
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