viernes, 9 de febrero de 2007

Eso deseo

Un primer beso; un primer instante.
Igual que el pensamiento que se autocensura, yo busco tu boca.
Beso tu silencio vivo, y acallo el eco muerto de tus latidos.
Sí, esa boca que busca ser sigilosa, perderá su color ceniza en las llamas de mi boca.
Despierta.
Aquí estoy.

Ese beso; ese instante.
Fotografía sin tiempo. Noche. Herida que se congela de indiferencia.
Recuerdo con piernas, que vuela por encontrar tu mirada. Tiemblo; tiemblas.
Tres segundos. Palacios en penúmbra. Tocaré tu fuego; tocaré tu alma.
Tú. Yo.
Deseo sediento de amor.

Después...
¡Qué más da después!...
Si quieres olvido, te daré mis alas suicidas para que vueles y vivas tiritando de ira.
Si quieres tiempo, sacrificaré mi nombre en honor de tu desprecio y avaricia.
¿O me pedirás una promesa secreta y eterna de besos?
Sólo tienes que pedírmelos...
Tú sabes que sólo eso deseo; que eso y más te daría...

4 comentarios:

Ernesto Bautista dijo...

Hay una galaxia despertando.

Wendy Aparicio dijo...

Galaxias que despiertan en ojos de dos pupilas?

Wendy Aparicio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ernesto Bautista dijo...

No. Galaxias dormidas que nunca espere ver.