martes, 16 de septiembre de 2008

Rocas escondidas

Salté sobre los escombros.
Mientras caía, noté que el morado y el naraja de los celajes combinaban.
Tal vez nadie me lo dijo a tiempo.
Hubiera sido mejor esconder los errores que sólo cometí una vez.
Pero la verguenza es fuerte y la única forma de salir es lanzarse para tocar fondo.
Caer.
Estoy empapada en sudor y tengo frío.
Esta vez me armaré a mí misma con nuevas fuerzas.
Cuando empiece a recoger los pedazos de vida que sobrevivieron al abrisco,
recogeré también todas esas rocas.
Rocas escondidas que sólo guardaba para tí.
Diamentes en bruto que tú ya no podrás pulir.

2 comentarios:

Manuel Bolaños dijo...

uh! que bueno :D sencillamente.

Raúl Marín dijo...

Rocas escondidas que sólo guardaba para tí.
Eso fue muy bonito.Y me recordaste q a mi ser fantástico, salida de los cuentos, le regale mis piedras más valiosas. Valiosas porque me las había aceptado...Saludos mi querida Mariposa.