Salté sobre los escombros.
Mientras caía, noté que el morado y el naraja de los celajes combinaban.
Tal vez nadie me lo dijo a tiempo.
Hubiera sido mejor esconder los errores que sólo cometí una vez.
Pero la verguenza es fuerte y la única forma de salir es lanzarse para tocar fondo.
Caer.
Estoy empapada en sudor y tengo frío.
Esta vez me armaré a mí misma con nuevas fuerzas.
Cuando empiece a recoger los pedazos de vida que sobrevivieron al abrisco,
recogeré también todas esas rocas.
Rocas escondidas que sólo guardaba para tí.
Diamentes en bruto que tú ya no podrás pulir.
martes, 16 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
uh! que bueno :D sencillamente.
Rocas escondidas que sólo guardaba para tí.
Eso fue muy bonito.Y me recordaste q a mi ser fantástico, salida de los cuentos, le regale mis piedras más valiosas. Valiosas porque me las había aceptado...Saludos mi querida Mariposa.
Publicar un comentario