domingo, 25 de febrero de 2007

¿Será?

Me duele la brisa. ¿Te vas?
Aquí no hay más paz. Sí, te vas.
Suave arrullo de metal que congela mi interior.
Apasionado y sigiloso como la luciérnaga del vecino.

Tarde pastel; noche de café.
Deseos cómplices que corren hacia lo prohibido.
Anidados en la culpabilidad de una sílaba,
...Shhh... nadie nos mira.

Sencillez que toca mi alma,
aunque no te guste, pero no obstante, yo sé que no debo...
sin embargo, otra vez te acercas y muerdo tu presencia.
Evadiendo siempre la rendija de la puerta. No sé si podría...

Paciencia que de día duerme,
deseo que en la distancia nos duele.
Perdidos entre la incertidumbre de las ciudades,
el búho del tejado sólo debe abrazar a la mariposa y volar.

1 comentario:

Mario Zetino dijo...

"Me duele la brisa", "Suave arrullo de metal que congela mi interior", "el búho del tejado sólo debe abrazar a la mariposa y volar"... De esas cosas te hablaba: creación! (Por cierto, buen inicio y buen final).