miércoles, 25 de junio de 2008

El pecado de N

"No te preocupes si no encuentras a otro.
Siempre habrá un ex que regrese a buscarte"

Si tengo buenos prospectos, no regresaría ni loca con mi ex.
Más si este sigue siendo el mismo desde que lo dejé.
Pero si cambiara y se pusiera más bueno, obvio lo pensaría.

Ustedes dirán, "¿Esto es un post o una novela amorosa?"
Sorpresa: Es las dos cosas.

Esa peculiar frase me llamó muchísimo la atención.
Apliquémosla al contexto sociopolítico de nuestro pequeño país:

Trás veinte años de un sutil dominio partidario, las elecciones del 2009 son un verdadero reto para los diferentes partidos políticos. A todos, sin excepción, les preocupa "encontrar" al candidato ideal para ocupar la presidencia.

Nadie puede negar que es difícil romper una tradición partidaria, y menos aún un estereotipo de candidato establecido durante dos décadas. Sin embargo, un común denominador entre los contendientes es proponer un nombre que rompa esquemas, que tenga una imagen mediática firme y fresca; además de una persuasiva plataforma política.

Sencillo. No perderé tiempo en verborrea complicada ni mayores explicaciones. La novela amorosa está así:

A y N son esposos por conveniencia desde hace veinte años. Un matrimonio que ha ido en picada desde el inicio. N tiene cerca de seis millones de hijos que viven bajo los maltratos de A desde que se casaron. N siempre ha sido pretendida por F, un tipo con poca suerte en el terreno amoroso. Tiene sus encantos, pero no sabe cómo ponerlos en práctica. Al igual que otros galanes poco dotados con los que N estuvo casada allá por los años sesenta y setenta. Ellos siempre le tiran, de vez en cuando, uno que otro piropo.

El matrimonio de A y de N pasará el próximo año por un período de "tiempo". Es decir, es el momento en que N valora si quiere seguir con A o iniciar una nueva relación con F o con algún otro prospecto. Para ello, N debe elegir uno de los peluches que sus diferentes pretendientes le ofrecerá.

Si A ni F logran que sus correspondientes "peluches" seduzcan a N, al grado de llevarla a un nihilismo afectuoso por el perdedor, siempre existirá la posibilidad que los dos "ex" de N, en este caso los P, busquen -ingenuamente- regresar al ansiado y gustoso poder de tener a N a sus pies.

¿Por qué ingenuamente?
Se las pondré fácil.

Nadie en sus cinco sentidos regresa con un ex que sigue siendo el mismo, desde hace más de treinta años. No creo que N regrese con alguno de esos tipos que siguen alimentando los mismos hábitos, pensamientos y vicios que le motivaron a alejarse de ellos y dejarse seducir por otros.
Sin olvidar a las otras "juntas" de N que, durante la década de los 80, también hicieron lo suyo.
Pero si los ex cambian, radicalmente, N lo podría pensar.

Lo que importa es: ¿Habrá uno nuevo prospecto o un ex mejorado en puerta?
¿N lograrán independizarse del amor malsano de A?
¿Los peluches estarán a la altura de las necesidades actuales de N?

No se pierdan la siguiente entrega de esta post/novela.
La cual, desde hoy, será escrita según los comentarios de todos los lectores.


Volviendo a mi punto de vista:
Lastimosamente, yo no soy N.
Es una verdadera pena.
Si lo fuera, las curvas estarían mejor definidas. Yo no me dejaría hacer una liposucción obligada por parte de Honduras.
Yo pelearía por verme siempre natural.

P.D. El título es retomado de una novela antigua llamada El pecado de Oyuki.

(Continuará)

3 comentarios:

Manuel Bolaños dijo...

Una novela política y amorosa... espero equivocarme con lo que estoy pensando...

es lamentable que A y N no se casaran por bienes mancomunados porque sea lo que sea que pase luego, N se va a llevar todo lo de A. Y F encontrará a alguien desolado y devastado...

Quien será P?

Ernesto Bautista dijo...

Ya era hora de que cambiaras el diseño del blog.

Wendy Aparicio dijo...

Caco: Grosísimo, amigo.

Ernesto: Chiquitito, chiquiristitico y rechiquititito.