Ayer me sucedió algo muy peculiar.
Yo estaría sola en mi casa todo el santo día, por lo que decidí salir a dar vueltas por la ciudad.
Durante la mañana, fui a molestar a uno de mis catedráticos favoritos, (de hecho tengo dos. A ambos los respeto y les tengo gran cariño por ser lo top de lo top en todo lo que enseñan, y por ser súper nice people cuando de fregar con la mara se trata).
Después de pasar la mañana en la universidad, a la hora de almuerzo, retomé el papel de caperucita roja y fui a visitar a mi abuela que estaba enferma.
Como era de esperarse, mi noble visita no iba a permitir que mi abuela incurriera en gastos o menos y algún tipo de esfuerzo, por lo que yo misma me esforcé por proveerme mi alimento: Caminé hasta la esquina de la cuadra de enfrente para comprar un plato de comida.
Llegué, ordené y rápidamente recibí mi plato de comida, envuelto en una bolsa de plástico blanca. Debo aclarar que no es la primera vez que compro en ese lugar. Ya antes lo he hecho y la comida me parece aceptable. La señora da una muy buena porción de comida, arroz, ensalada y un refresco; todo acompañado de un sutil y delicioso dulce para hacer la digestión.
Saqué de la bolsa mi ansiado alimento y me disponía a comer, cuando observé algo muy fuera de lo común y muy fuera de lugar: No había dulce.
En su lugar, había un pequeño panfleto que decía "Dios mío, Dios mío".
Lo ví. Lo abrí y noté, enseguida, que era un panfleto parecidos a los que suelen dar los testigos de Jehová cuando andan en sus típicas visitas casa por casa.
Debo admitir que me pareció extraño que esto apareciera en mi plato de comida. Mostré mi indignación exclamando: -"¿Y esta cosa? ¡Esa tipa me estafó! ¿Dónde está mi dulce?"
Mi tío que estaba a escasos metros de dónde mi encontraba, sólo se atrevió a decir jocosamente: "Es que ahora te sustituyen el dulce por el pan de vida eterna".
Ingenioso y cierto, pero no me hizo nada de gracia.
Luego de examinar el peculiar y dimunito panfleto, noté que en la parte inferior trasera decía: "Puedes devolvernos este folleto, si después de leerlo has decidido aceptar a Cristo en tu corazón. Inicia una nueva vida en Cristo, visitándonos en (...) o llamándonos al (...) Cristo te ama. No te niegues a él"
Eso me hizo pensar:
¿Cristo aprobará ese tipo de propaganda?
¿O es que acaso Cristo ahora ofrece la salvación en delivery?
¿Se puede negociar con la salvación así como con la comida?
Debo admitir que fue un método bastante creativo, poco ortodoxo; pero de muy mal gusto.
Al final, siempre me hizo falta el dulce.
No precisamente para hacer la digestión, sino para bajarme el trago amargo de comprobar una vez más, cómo la gente comercializa con la fe.
viernes, 20 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Primero en comentar: Antes que nada JA-JA-JA (risa editorial editada)
En serio te pasó eso? que creativa manera de convencerte de aceptar a Dios. Si, es cierto: "las penas con pan son menos" no se si así va la frase...
Si, la fe en nuestros días es puro negocio.
Cuidate!
Hola.
Fijese que soy testigo de Jehová. Y si, soy de los que hacen "típicas visitas casa por casa". Y puedo asegurarle que no tenemos ningun tratado que tenga el texto que usted transcribe en su post.
Aclarando tambien que no comercializamos nuestra fe. Todos los testigos de Jehová que predican viven de sus empleos y salarios y no tenemos pastores ni curas que vivan de los diezmos u ofrendas de los demas. Tampoco incluimos nuestra literatura en combos de comidas.
Creemos que la informacion que contiene nuestra literatura es tan valiosa que no cae dentro de la clasificación de panfleto, y que cuesta tanto imprimir y publicar esta literatura como para darsela a quien de veras no quiere leerla sea cual sea su motivo. Si alguna vez le ofrecen literatura en su casa será porque creen que pueda tener algun interes y si usted dice que no esta interesada, no recibira nada.
En verdad, como dicen que a la fuerza hasta la comida cae mal.
Espero que este comentario sea aclaratorio de su molestia en que en vez de su pan dulce le dieran un panfleto evangelico.
yo había entendido que era un "dulce", no pan dulce, pero bueno, nos puedes escanear el papelito o ya estará reciclado?
De hecho sí, René:
Era un dulce, no un pan dulce.
Pero comprendé, nuestro querido o querida anónimo(a) sufre de una seria enfermedad mental que le impide una congruencia de nueronas normal.
Eso no sólo incluye la mala interpretación de la lectura, sino también, el opinar con un tono irónico muy mal logrado.
Lamento desilusioanrte pero me deshice sutilmente del papelito: Lo utilicé como tapiz para la jaula del periquito de mi abuela. A estaas alturas, ya debe estar siendo parte del abono orgánico.
Gracias por tu comentario.
Anónimo: El post tenía un trasfondo de mera anécdota. No veo el punto de tu aclaración.
Pero igual, gracias por comentar.
Hola. Soy miembro de Primera Iglesia Unida del Monstruo Volador de Espagueti (pastafari, yeah) y quisiera invitarte a que abrieras tu corazón a la verdad universal de nuestro peculiar y sabroso Señor y Creador. Dice el profeta en el Evangelio Pastafari apócrifo: En un principio sólo estaba el Monstruo Volador de Espaguetti, y como nada más había, decidió crear el Universo. Dedicó a ello siete días: En el primer día creo los árboles, una montaña, y a un enano. Los tres días siguienteslos dedicó a crear el resto del Universo, con sus ríos, estrellas, galaxias y fósiles ya preparados para engañar a los geólogos. Los últimos tres días los dedicó a descansar, pues el Universo es muy grande, y aquello había sido muy cansado.
En este pasaje el monstruo nos enseña que no tendrás que perder un delicioso dulce por escuchar su Flexible palabra hecha de masa de espagueti. Además, nuestro Dios tiene la ventaja de que ya es parte del menú (acompáñelo con salsa).
Oremos:
Oh Tallarines que están en los cielos gourmets Santificada sea tu harina Venga a nosotros tus nutrientes Hágase su voluntad en la Tierra como en los platos Danos hoy nuestras albóndigas de cada día y perdona nuestras gulas así como nosotros perdonamos a los que no te comen. No nos dejes caer en la tentación (de no alimentarnos de vos) y líbranos del hambre... RAmén.
Ese ultimo comentario, como diria un amigo español, MOLA. jajaja. Saludos Mi querida Msriposita, no le habia comentado antes pq solo sentìa q era una anecdota, pero con la polemica no pude quedarme atras.
Cada post tuyo genéra tanta polémica! Así de famosa y admirada sos!
Personalmente me uno a Wingston, en mi vida había escuchado una doctrina tan maravillosa como la de los pastafarios... Salve Monstruo Volador de Espagueti! Cocina por Nosotros!
Al parecer al anónimo le dolió tu post, no me imagino porque...
Bueno, mi punto era aclarar un punto que me parecio equivocado en el relato de la anecdota.
Si le disgusta mi comentario aclaratorio, lo siento, no fue esa la intencion.
Alguien menciona que tambien me dolio el comentario, en realidad, no fue asi, porque la anecdota no fue insultante, solo tenia partes equivocadas en lo que se refiere a los testigos de Jehová.
Me llama la atencion que algunos digan que todo esto es polemica, pero en realidad, cuando alguien dice algo equivocado de lo que uno hace lo logico es reaccionar y explicar. Y para ejemplificarlo, quisiera traer a recuerdo cuando un escritor dijo que en La Casa del Escritor daban titulos y maestrias de poeta. Todos los de la Casa reaccionaron a ese comentario obviamente equivocado y bastante ignorante y al parecer hasta mal intencionado. A pues, lo mismo quise hacer yo.
Shalom y provecho.
Pues por lo visto hasta una anécdota mía genera polémica.
Sí. ¡Joder, qué mola!
Lastimosamente, Pastafari no estuvo presente en mi plato ese día.
Fueron el espíritu de pollosalsihonguini y el espíritu de arrozchinfuzanoriachilú, que viajó desde el medio oriente, quiénes acompañaban al panfleto.
Sin duda alguna, esto es la revelación total de la religión Gourmet.
Elevemos una plegaria a una temperatura de 150º y a baño de María, queridos degustadores, para pedir al espíritu de los alimentos diarios la bendición de esta nueva religión.
Incluso, esta religión tiene desde hace mucho, su propio canal de televisión por cable.
Es por eso que, dándole la bienvenida a esta nueva doctrina, me atrevo a despedirme de la siguiente manera:
Shalom, amantes del buen vivir.
Pues, gracias por la aclaración.
Con ese groso ejemplo, creo que sé a quiénes preguntarles tu identidad. Por lo menos, este post nos demostró que ya no serás tan anónimo después de todo.
Gracias por ser más específico en esta ocasión.
Shalom. No olvides comer frutas y verduras.
Gracias por el consejo, siempre las como.
Y para evitarle que ande preguntando mi identidad a otros, mejor se la digo yo: mi nombre es Carlos Hernandez. Vivo en San Salvador, cerca de la 75 av. norte. Tengo 28 años y me gusta leer bitacoras salvadoreñas, leo bastantes.
Tambien le deseo Shalom, es decir: 'que tenga paz'. Bonito ese saludo judio, verdad?
Publicar un comentario