Sientate ahí y júzgame como a la sombra.
Límpiate la cara como si yo no existiera,
como si las venas se cortaran con el viento.
Mátame las ilusiones que aún tenía mi pecho,
amárralas con los suspiros que día a día
dejo salir por tí al amanecer.
Clávame esa daga de sueño en la sien.
Destroza cual siervo engusanado,
las palabras que la noche no te deja decir.
Ridiculiza nuestras muertes.
Hazlas una en la reconciliación
que viene y va como digna danza orgásmica.
Ponte célebre y respira.
Levanta los ojos y grita mi nombre.
Cuando beses el silencio estarás conmigo.
Son los que se quedan
aquellos que mendigan por olvidar.
He aquí una pordiosera más.
viernes, 1 de febrero de 2008
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1 comentario:
Reune mi muerte, matemonos en blogs, revivamonos en vida... Shalom, como dirías...
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