jueves, 15 de febrero de 2007

Perdón y petición

Es raro.
Siento cómo todo no depende de mí.
Cómo se me va la vida pensando en morir, en vivir o vivir muriendo.
Esta agonía viva, no es mi vida.
Me quema; pero me fascina.

Tanto soñar, tanto pedir, tanto que gritar.
Si pudiera morir eternamente lo haría. Tú me inspiras.
Lo siento, soy sincera y por eso te digo que no hay prisa.
Si bien es cierto no tengo mucha vida, es todo lo que tengo.
Te lo doy.

Pero en la calzada del camino, hay un rubí deprimido.
Una piedra muy hermosa, que algún día acogí y guardé celosa.
Una ilusión hermosa que plantó en mí vida preciosa.
Quiso hacerme reír, subir y tocar el cielo.
Lo intentó, y por eso me gustó.

Silencio.
Perdón.
Recuerdo.
Tomé la esencia que el mundo me permitió darle.
Pinté de arcoiris su cielo. Le ayudé a levantar sus alas para el vuelo.

Abracé cada palabra, cada caricia, cada gesto.
Dejé reposar mis mariposas de su vuelo,
con tal de verle sonreir y apaciguar su eterno duelo.
Es perfecto. Es inmenso. Lo es todo.
Es eso y más; pero no es para mí.

Amargo camino nos espera.
Sensación de muerte rociada de panela.
Rubíes que se quemaran porque el sol ilumina otro camino.
Vida de agonía: No, mi vida... Sólo esperanzas que dormidas suspiran.
El tiempo envejece si le das más de lo que se merece.

Ángel y luz caminan hacia mi vida.
Lo quiero, lo necesito, te espero.
Tristeza, dolor y lágrimas cubriran al rubí perdido.
Lo siento, lo detesto, lo haré.
Te daría miles de caricias diferentes para que no sangres otra vez.

Lo siento, no puedo volver.
Ahí queda un rubí quemado por falta de sol.
Ahí viene un guerrero de fuego que enciende toda la pasión y el amor.
Un fuego que cubre y fortalece a mi rosa de agua.
Déjame ser tu mar y dame tú donde luchar.

1 comentario:

Ernesto Bautista dijo...

Son las cenizas las que motivan al fuego.