Sé que tengo alguito de no escribir, pero la verdad ya casi no me conecto.
No sé si es porque ya el internet me resulta aburrido y he encontrado otra forma de expresar mis lapsus de catarsis, o porque la verdad tengo weba.
Creo que es una combinación de lo primero y lo segundo, dando un tercer motivo: Mi vida se ha tornado poco divertida.
A veces creo que le falta emoción y acción. Aquella acción y emoción que tenía en dosis industriales cuando aún no conocía nada de las responsabilidades de ser adulta.
Hace un par de días compartía con un amigo parte de mi vida y de mis contadas y jocosas experiencias sentimentales. Está de más decir que se mató de la risa, se sorprendió y finalmente pudo comprender el porqué "soy tan hecha leña", como él dice.
Pero algo que me resultó bastante interesante fue el sorprenderme contarle todo, de viva voz y sin tapujos. Frente a frente y sin necesidad de que lo lea en un post que escribí en un momento de desesperación o de aburrimiento.
Creo que es uno de los riesgos de crecer de los que me hablaba alguien años atrás. No creo que haya perdido los gustos por la vida y sus excesos. Sólo, quizás, he aprendido a manejar mis laspsus de otra forma que no sea precisamente la escrita.
Aún lo estoy averiguando. La verdad, me niego a renunciar a este mi espacio que tanto, tanto me ha costado.
No obstante, seguirán sabiendo de mí.
Poco o mucho.
No lo sé.
Pero aquí estaré.
Un abrazo.
miércoles, 14 de abril de 2010
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