Vivo intensamente todas mis emociones.
Estoy aquí y no me retracto.
Si llegué tan lejos fue por la inmortal esperanza.
No tengo promesas sin cumplir,
sólo sueños rotos.
Trozos de felicidad
que flotan en el limbo del olvido.
Ya no tengo lágrimas que llorar,
sólo besos de miel que nadie quiere.
Dulces roces que el rocío quema,
cuando hago el recuento de los daños.
Si detuviera el tiempo,
temblaría la soledad y la ira.
Hasta mis pies
se arrastrarían las noches tristes,
absortas de cariño.
No hubiera conocido la muerte.
Ni tampoco la vida.
Don nadie se multiplica por tres.
No me estoy lamentando,
sólo les estoy contando.
Gracias a Dios,
existe Pepe Madero, Panda y Mi muñeca.
1 comentario:
Hola. Saludos desde el mundo de los que posteamos cada mes.
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