Primero me saluda con una palmada.
Luego se va indiferente y coqueto.
Le contesto la palmada y se enoja.
¡Tan delicado!
Dice que se le pone roja la espalda cuando le pegan.
Pero cuando tiene la oportunidad, se me lanza como gato a la lana.
Me pone en situaciones muy tentadoras.
A veces le importa poco que lo vean.
Me acosa.
Gracias a él, he desarrollado temor a los estudios de televisión y espacios pequeños.
Yo lo pico; no lo niego.
Pero sin duda, él me sigue el juego.
Es divertido y tierno.
Así es el ratón extranjero, albino, ciego y temático que persigue a esta mariposa.
lunes, 27 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario