miércoles, 29 de agosto de 2007

Muerte en treinta segundos

Era medianoche.
Trás un súbito despertar, llegó la asfixia.
Tendido en la cama, retorciéndose de profundo dolor, se negaba a dejar esta vida.
A pesar de las innumerables miserias de las cuales había sido objeto durante los últimos meses, aún le quedaban sueños por cumplir, rostros que grabar, sentimientos que vivir y heridas que recibir.

El aire se iba haciendo escaso en la medida que los recuerdos lo abordaban

"Sí, es hermoso. Debes probarlo. No hay nada como esa suave sensación", le dijeron.

Todos le mintieron. Le inducieron con sutil dulzura hacia ese abismo lleno de podredumbre.
Quería gritar y evitar su tan anunciada muerte, pero su voz se hacía cada vez más lenta.
Agonizaba.

Esperar sólo es otra forma de decir las cosas.
Adiós es un inicio.
Enamorarse es morir.

Corazón, descansa en paz.

1 comentario:

Manuel Bolaños dijo...

La abstracción de la muerte es un misterio que no acaba, ni empieza...
Buen post, Butterlfy