lunes, 23 de abril de 2007

Idilio

¡Qué bello!

Eres, simplemente, lo más hermoso que he visto sobre la faz de la tierra.
Lleno de sueños, rosas y poemas que nacen cuando la luna arrulla al sol.
Vestido de chocolate y estrellas, que caen gozosas de escuchar tu voz,
cuando empapado de lluvia y sonrisas te quedas quieto esperando un suspiro.
Hielo pálido que en mis manos se vuelve fuego y luz.
Cálido abrazo que rompe las cadenas invisibles que me alejan de tí.
Cristales y espejos que huelen a miel.
A tí.
Ojos profundos que juegan a las escondidas.
Niño eterno que huye de la chispa de mis niñas.
Con un grano de sal, florecen las espigas de mi pradera.
Con un beso tuyo, borraré la leyenda negra que se teje sobre mí.
Sublime sabor a pasión, deseo y sueños prohibos que aún no tengo.
Delicioso aroma y roce de magia que siempre busco.
Me encanta tu cercanía imprudente e inesperada.
Esa sensación de legalidad clandestina que sólo en tus brazos saboreo.
No importa cuán kamikaze sea mi espera o
cuántos siglos de cielo tenga que sobrevolar.
Desgajaré una por una cada frase, cada palabra;
como racimo de locuras que nadie jamás ha de tocar ni robar.
Siento morir si es que a ratos te vas.
Otros más te deseo tocar, besar; tocar y volver a explorar.
Eternamente me empalagara con esa linda figura que me causa exagerada gracia y deseo.
Me perdería en cada rincón de ese universo completo.
Te permitiría explorar mis galaxias secretas.
Eres perfecto en tu conjunto.
Por donde te veo; te deseo y te añoro.
Apetecible y suculento como el mejor de los manjares.
Exquisito en cada centrímeto: Desde lo que veo de tu frente hasta donde la imaginación me lo permite.
¿Cómo decirte de la manera más poétia y romántica,
que me inspiras deseos innombrables y voraces?
Lujuriosos de carne y locura.
De sueños, sentimientos y amor en éxtasis puro.
De eso.
Amor eterno: No sólo es deseo.
Es todo aquello que a más nadie le prometeré con el corazón a ciegas.
Es lo que sabes que te doy cada vez que te veo.
Lo sabes de sobra. Te lo he escrito, desafiado y repetido.
Me falta mostrártelo, comprobártelo y reafirmarlo.
Todo eso y más; en persona y a solas.
Me encantas. Y yo sé que sabes, que yo sé que vos y todos saben.
En tres palabras: Te tengo ganas.
Una noche...
Un breve segundo...
Sentir tu aroma...
Tú...
Sólo tú.
No importa si en esta vida o en la vida de las almas,
algún día en la eternidad,
mi alma y tu alma estarán entrelazadas.
Unidas y hermanas como desde siempre infinito, como el tiempo olvidado.

2 comentarios:

Facundo Ezequiel dijo...

¡Caray! Me pregunto si alguien se merece ser tan deseado. En un punto es injusto...

Wendy Aparicio dijo...

Jajaja...bueno, no sé si se lo merece, pero es lo que siento.
¿Por qué es injusto?
Me gustaía saberlo.